20140726

FESTIVIDAD DEL CARMEN EN BARBATE







Santa Maria del Sagrado Monte Carmelo, mas conocida en las ciudades marianas como Virgen del Carmen, es una advocación a la Virgen María, fiel protectora de los pescadores e intercesora de las Ánimas del Purgatorio. La Marina Española le concedió el título de Patrona y Estrella de los mares. El pasado 16 de julio se celebró su festividad fijada por la iglesia. Barbate por su entrega al mar la toma como excelsa Patrona y para la mayoría de los pescadores éste es un día muy esperado.


La iconografía de la Virgen es muy singular…observa y verás.  La presentación al pueblo del pequeño hijo en brazo, la templanza  mirada de la madre y su fino perfil hace que  sea una de las imágenes mas reconocidas dentro del territorio español. Pero pasemos a la procesión en su honor.

El sol despunta el día, el reloj marca las  ocho y tras repiques de campanas la Virgen del Carmen acompañada de un completo séquito, inicia su salida procesional del templo hacia el recinto de la lonja del puerto pesquero de la Albufera. Esta vez el itinerario de su recorrido lo hace a través de calles del interior del pueblo, algo mas largo que en años anteriores pero mas emocionante y variado en todo el trayecto. Es de mencionar la lluvia de pétalos, en diferentes puntos del recorrido, que por efecto del aire volaban como si de mariposas multicolores se trataran.



Nuestro familiar viento de levante hizo una entrada suave con calor sofocante que aumentó  a medida que se acercaba al medio día, siendo mas latente por avenidas abiertas carentes de sombras. Aumentaban progresivamente los grupos de personas al paso de la Virgen, llevada con hermosa elegancia al son de marchas de la banda de música de la localidad. Los escapularios golpeados, a veces con violencia por el viento, exhortaban bendiciones al pueblo, mientras las miradas eran clavadas en súplica a su Patrona.




La comitiva abrió paso aproximando  la Virgen a la Avenida del Mar. En este lugar el calor se hizo notar mas hasta  su llegada al puerto. En el recinto portuario las personas se aglutinaban en sombras refugiándose de la temperatura ambiental y en la lonja, transformada en santuario, el gentío se masificó a la espera de presenciar la entrada de la Señora que fue ovacionada con las notas musicales de la Salve Reina de los Mares, vítores, alabanzas y piropos hasta su llegada al altar donde se le ofició una solemne misa con cánticos y entrega floral alcanzando su máxima expresión.

Durante el resto del día, hasta su embarque, la Virgen escoltada por la marinería, mantiene un continuo ir y venir de visitantes. Avanzada la tarde los muelles del puerto se fue llenando de gentes ocupando los mejores ángulos de visión. A las siete de la tarde el Benamahoma, atracado en el muelle deportivo, embarcó a los invitados para mas tarde, a las ocho,  hacerlo las autoridades de la comitiva de la Virgen que junto con la Señora serían la tripulación al completo del embarque.


Atracado el pesquero en el muelle de la lonja, el patrón en alta voz autoriza el embarque de la Virgen despojada del manto,  y entregando los mando como Patrona y Capitana del Benamahoma. Es el momento, tras situarla en la proa, para soltar amarras e iniciar la navegación. En un principio por las aguas del puerto recorriendo los muelles mientras el clamor del pueblo es mezclado con los cánticos de alegría y rezos que salen de la embarcación. 

Como milagro el levante amainó, permitiendo que el Benamahoma, escoltado por múltiples embarcaciones, saliese por la bocana hasta navegar por la ensenada de la bahía de Barbate, donde el sacerdote ofició el rito de bendición de las aguas.




                                                  
                                                   Rafael Oliva patrón del Benamahoma

Al regreso previo un saludo al pueblo y con una exhibición pirotécnica, la imagen es desembarcada y cortejada con mucho fervor para hacer el regreso al templo.



20140707

EL ÁRBOL DE LA SOMBRA





La Navidad fue la culpable de mi separación con Nerea, quizás sea esta la razón por la que no quiero estas fiestas, además, mientras las bolsas gástricas de los mayores se preparan para recibir los suculentos manjares bañados por los caldos del dios Baco los Magos de Oriente, cada vez, se detienen menos en su itinerario y si lo hacen dejan menos de lo solicitado.

La conocí a comienzo de curso y su rostro quedó impreso en mi mente el día que fuimos presentados por la profesora. Estoy contento por su regreso de Guipúzcoa, sus padres aprovechan estas pequeñas vacaciones para visitar sus orígenes en Euskadi. 

He disfrutado solo de trece primaveras. Perdón…! mi nombre es Ignacio, la familia y las gentes cercanas me llaman Nacho. Nunca entendí porqué mis padres se preocuparon en buscar este nombre para luego disminuirlo. Un día paseando a la salida de clase por los alrededores del pueblo, determinamos colocar nuestros cuerpos en decúbito supino a la sombra de un cedro que bautizamos con el nombre “El Árbol de las Sombras”. Fue nuestro mejor aliado, conocedor de nuestras emociones y seguidor de los dictados de nuestras entretelas.

Cada vez que nos citábamos lo hacíamos en este lugar y cogidos de la mano éramos cobijados bajo su sombra.De forma repentina fuimos succionados por uno de los túneles que forma el entramado de ramas y hojas de su copa, haciéndonos penetrar a través de la puerta de la mansión de cristal del hogar de los dioses. Notamos como pequeños seres revoloteaban alrededor de nuestras cabezas y con sus aleteos acercaron nuestros labios hasta fundirse en un largo e interminable beso. Ahora mas que nunca nos interesaba volar y tomar altura con nuestras propias alas. Era tiempo para que Venus junto a Ceres realizaran la siembra del amor en nuestros corazones.

Como espíritus celeste, fuimos descendiendo por el prodigioso túnel y tumbados en el verde pastizal del Árbol de la Sombra. Mi órgano viril aún recio, habitual cada vez que me relajo, me inquietó por esa expulsión de líquido viscoso blanquecino que manchó mis calzoncillos. Era la primera vez que lo aprecié y no debe ser malo por el relax que provoca. Esencia de amor, al menos nuestro árbol y yo así lo consideramos. Con ojos de espanto, Nerea se incorporó intranquila por la demora, temía el reproche de los padres inquietos por la tardanza. 

Son doce los años que cumpla. Su físico había madurado pero su intelecto, aún de niña, reafirmaba la edad. Cierto que pensar en el regalo para el evento me resultaba laborioso. No disponía de economía, había que sacarlo de mi corto ahorro y hacerlo a escondida de los mayores. Una terrible noche de viento y lluvia, según mi padre como no habíamos vivido en años, presagiaba la despedida del invierno para dar entrada a la primavera. Los rayos partieron árboles y las furiosas ráfagas recorrían la calle moviendo letreros y derribando tiestos. En ese momento solo pensaba en el sufrimiento de nuestro amado árbol.

Despuntó el día y el sol iluminaba con todo su esplendor aunque sus rayos no conseguía calentar. Primero visité a nuestro árbol que se mantenía erecto al cielo habitado por pájaros que anunciaban éxitos y fortuna. Ceñí con mis brazos su tronco y mi mente se trasladó a Nerea. La ruptura de una rama, ocasionada por la tempestad, se postraba en el pastizal donde nos tendíamos. Era como si una parte de nosotros hubiese sido amputada. En tiempo de ausencia elaboré con ella un joyero, resurgiendo su madera como regalo de cumpleaños.

El acercamiento nacido a la sombra del árbol, se distanció. Los frecuentes encuentros dio paso a la ausencia. Fue una rémora la espera del mañana, abandonando mis obligaciones y solo con nuestro árbol nos marchitamos.

En la soledad, tendido a la sombra, vi la copa habitada por pájaros negros que presagiaba envidia y destrucción y una voz del Olimpo me dijo:

“ El placer conllevan más dolores que deleites.Si dejas de esperar, dejarás de temer y encontrarás el auténtico amor”.










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